EL MOTIVO DEL CASTIGO

COMPARTILHE

2024-11-09 03:00:00

Dice Jehová: ¿No castigaré esto? ¿De tal gente no se vengará mi alma?


Jeremías 5.29

El juicio está prometido y llegará antes de lo que se piensa. Cuando esto acurra, ¿dónde estarán los no temieron al Señor? ¿No serán contestadas las oraciones hechas en favor de ellas? Sí, lo serán. Pero la perversidad tiene el efecto contrario, porque quieren vivir en el mundo como los perdidos (2 Pedro 2.20-22). Muchos actúan como los perdidos, incluso drogándose, bebiendo alcohol y haciendo obras sucias que mancillan el Nombre del Señor, que es digno de todo honor. ¡Misericordia!

El Altísimo utilizó al profeta Jeremías para abrir los ojos al pueblo de Judá: se acercaba el momento de juzgar sus actos. A nosotros nos ocurre lo mismo, pero, aunque parezca increíble, a menudo no nos tomamos en serio las revelaciones del Señor en la Palabra. Es más, actuamos como si no supiéramos que hay vida después de la muerte, y por eso no valoramos las Escrituras (Salmo 32.9).

Es bueno recordar que los acontecimientos que involucraron a los judíos de aquella época son señales de lo que nos sucede hoy. Israel era un pueblo minúsculo comparado con la grandeza de varias naciones de la época, pero no hay país en la Historia de la humanidad donde las leyes fueran tan buenas para su pueblo y también para los de otras tierras. El código ético israelita era perfecto, y lo que registraron es útil para nuestra enseñanza.

Esto demuestra la sabiduría del Altísimo, que, al elegir a un pueblo que no era tan numeroso, hizo todo lo posible para que permaneciera hasta hoy. Las victorias de Israel en las guerras demuestran el cuidado de Dios por Su pueblo. Las Escrituras muestran la debilidad de los hombres que dirigían el país e incluso registran el pequeño desacuerdo entre los apóstoles Pablo y Pedro (Gálatas 2.11-21). Todo esto es una lección para nosotros. ¡Créalo!

Cuando Jesús estaba en la cruz, el Padre puso sobre Él las debilidades y los errores de los israelitas y de todas las naciones (Isaías 53.4-6). Hoy es más fácil llevar la Verdad perfecta e infalible al pueblo que en tiempos de los apóstoles. Esto es necesario porque la gente necesita aprender sobre el sacrificio de Cristo, en el que tomó nuestros pecados sobre Sí mismo. Quien acepta a Jesús como Señor y Salvador es transformado (2 Corintios 5.17) y liberado de todo mal. Esto debe hacerse ahora.

Por medio de Su Hijo, Dios ha despojado al diablo de la autoridad que tomó de Adán para hacernos sufrir (Colosenses 2.15). Ahora, nadie tiene que sufrir más, sino lanzarse sobre el Señor y aceptarlo como Salvador. Al hacerlo, nuestros pecados serán perdonados (1 Juan 1.5-2.2). Dios quiere que todos conozcan la Verdad para que sean libres. Él quiere perdonar a la humanidad y conducirla a la felicidad eterna.  

La lección que recibió Israel cuando fue llevado a Babilonia debería ser una advertencia. Los cristianos deben tener respeto al Señor, para que no sufran humillaciones. Debemos estar siempre vigilantes para no caer en las trampas del diablo, que intenta separarnos de Dios. Acuda al Señor, que es capaz de hacer mucho más de lo que pedimos o pensamos (Efesios 3.20).

 

        En Cristo, con amor,

        

R. R. Soares


La Oración de Hoy

¡Señor, Maestro nuestro! Venimos ante Ti para pedirte que nos enseñes con Tu amor y no con el dolor. Queremos aprenderlo todo, dando a Jesús la gloria de habernos salvado y sacado del sufrimiento de una vida infeliz y sin sentido. ¡A Ti sea la gloria por siempre!

Te damos gracias por Tu Hijo que sufrió en nuestro lugar. Así, nuestra vida ha sido justificada y aceptada ante Ti como verdadera ofrenda. Nos entregamos en Tus manos para que nos utilices, llevando Tu mensaje al mundo y liberando a los oprimidos.

Padre, no siempre Te servimos como deberíamos, sino que vivimos como si fuéramos los dueños del mundo. De hecho, no queremos ser así. Es esencial que Te demos todo lo que Tú nos ordenas y que contemos con Tus cuidados. ¡Que Tu nombre sea glorificado!