EL PECADO DE LA OMISIÓN

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2024-07-11 03:00:00

“¡Maldecid a Meroz!”, dijo el ángel de Jehová, “maldecid severamente a sus moradores”, porque no vinieron en ayuda de Jehová, en ayuda de Jehová contra los fuertes.


Jueces 5.23

El Señor esperaba que Israel acudiera en ayuda de Barac y sus diez mil hombres que luchaban contra Canaán, para liberarlos de aquella opresión maligna. Sin embargo, algunos decidieron no ofrecerse para liberar a su país de las manos de sus enemigos. Esto no es bueno a los ojos del Altísimo, que vio cómo Meroz, una ciudad-estado, se negó a ayudar a la nación. ¡El Ángel de Dios ordenó que fuera maldecida!

La Biblia advierte contra actitudes como la de Meroz: No que la palabra de Dios haya fallado, porque no todos los que descienden de Israel son israelitas. (Romanos 9.6). Lo mismo se puede decir de la Iglesia de Cristo, porque muchas personas asisten a una congregación, pero su corazón está lejos del Señor, como dijo Jesús: »“Este pueblo de labios me honra, mas su corazón está lejos de mí, (S. Mateo 15.8). ¡Honrar solo con los labios es un error!

Habrá momentos en que la Iglesia será perseguida por los siervos del diablo, cuyo corazón es como un nido de serpientes. En cambio, los que son fieles al Señor y Le aman nunca retrocederán en su misión de cumplir la voluntad de Dios. Los cristianos son testigos de Cristo y, por tanto, no pueden mentir, sino cumplir su vocación con amor y sinceridad para agradar a Dios. ¡Los que no fueron a la guerra perdieron mucho!

¡Cómo hay gente insensible al bien! Olvidan el mal que han sufrido a manos de los espíritus del Infierno. Desafortunadamente, una vez que han encontrado la Verdad, vuelven a pecar y puede que nunca se recuperen. ¿Por qué obedecer al diablo y no a Dios? La Palabra nos advierte: Y yendo, predicad, diciendo: “El reino de los cielos se ha acercado.” Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia. (S. Mateo 10.7-8). ¡Él es nuestro Padre bueno!

Los habitantes de Meroz decidieron no participar en la batalla, permitiendo así que las fuerzas de las tinieblas sustituyeran a Dios como Señor sobre ellos. Como resultado, todos ellos serían maldecidos implacablemente. Siempre habrá dos opciones ante nosotros: ser bendecidos o maldecidos. Los que aceptan la Palabra serán bendecidos con toda clase de bendiciones (Efesios 1.3), pero los que rechazan al Altísimo sufrirán las consecuencias de sus malas acciones.

Podrían haber triunfado en todo si se hubieran ofrecido al Todopoderoso para defender a los israelitas. Sin embargo, como se resistieron a los toques del Espíritu de Dios, fueron maldecidos de forma amarga y violenta. Muchas personas no saben cómo librarse de las maldiciones. Lo único que tienen que hacer es orar al Señor y confesar sus pecados, y serán perdonados (1 S. Juan 1.9). Pobres habitantes de Meroz, ¡han perdido!

Con hombres valientes, los habitantes de Meroz habrían ayudado a Aquel que nos ayuda, pero como no acudieron al Señor, sufrieron las acciones violentas del enemigo. No se niegue nunca a luchar en oración en favor de buenas personas.

 

        En Cristo, con amor,

 

        R. R. Soares


La Oración de Hoy

¡Señor de la liberación de los oprimidos! Durante 20 años esperaste a que Israel acudiera a Ti para recibir la liberación, y solo ocurrió cuando Débora se ofreció como madre en Israel, para arrebatar a Tu pueblo de las manos del malvado Jabín, rey de Canaán, y de su comandante Sísara.

Somos Tus hijos, nos deleitamos en hacer Tu voluntad, y por eso acudimos a Ti para darte las gracias por lo que haces en nuestro favor. Nos has elevado a la categoría de reyes para que Tu amor se revele en nosotros y en el pueblo al que ministraremos Tus bendiciones.

No queremos recibir la misma condena que Meroz, sino continuar a Tus pies, cumpliendo nuestra misión, que es la más hermosa de la Tierra. ¡Ser Tu socio en la obra de salvar a la humanidad es un altísimo privilegio!