EL PEOR ERROR

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2025-04-13 03:00:00

No volverá a tierra de Egipto, sino que el asirio mismo será su rey, porque no se quisieron convertir.


Oseas 11.5

El reino de Israel no quería seguir siendo libre, así que escucharon de la boca del profeta que no volverían a Egipto, donde habían estado esclavizados durante más de 400 años (Éxodo 12.40). Esta noticia quizá haya agradado a los que se apresuraron en escucharla; sin embargo, Dios completó la declaración diciendo que serían subyugados por Asiria, el poderoso imperio de Oriente que dominó durante 13 siglos. La razón: ¡estaban cometiendo el error más grande, despreciando la Fuente de la vida y la felicidad!

El hecho de que la gente no se convierta pesa mucho en las decisiones del Señor. Mire, Él envió a Su único Hijo para salvarnos (S. Juan 3.16), y este proceso tomó varias etapas hasta que nació el Salvador. Jesús fue por todas partes, predicando y usando Su Nombre para liberar a los pecadores, curar a los enfermos y liberar a los oprimidos (Hechos 10.38). Murió, fue al Infierno y le quitó al diablo la autoridad con la que nos oprimía y resucitó (Efesios 4.8-10). ¡Ahora hay que creer y vivir!

Cristo no venció al diablo usando la fuerza física, sino arrancándole los males que sufriríamos y, después de haber hecho lo necesario, fue vivificado - reconectado con Dios. Se fue con las llaves de la muerte y del Infierno, llevando cautiva la cautividad (Apocalipsis 1.17-18). Hoy estamos libres del sufrimiento y, por tanto, no tenemos miedo de enfrentarnos al diablo, porque ya no puede tocarnos. Los miedosos y tímidos necesitan levantarse en el Nombre de Jesús y hacer valer sus derechos.

Lo mismo debe suceder a los que se rebelan contra el plan de salvación y santificación. Tal vez la persona que abandona al Señor no será cautiva del mismo pecado, sino que volverá a las manos del enemigo en «otras tierras», sufriendo mayor miseria. Cuando alguien se niega a volverse a Dios, cede a las tentaciones del maligno y hace lo que él dice (S. Lucas 9.23). ¡Cuidado, Satanás cambia sus ofertas para mantener su dominio!

En Egipto, los hijos de Israel no tenían ningún derecho, pero en manos de los asirios, sufrirían más. De hecho, el hombre nació para ser libre, para elegir el lugar donde vivir y producir los bienes que facilitarán su vida y su servicio al Señor. Abandonar la mano del Señor significa ponerse bajo la voluntad de alguien que es igual a uno, pero que se cree superior. Solo hay paz y seguridad en el poder de Dios. ¡Crea y esfuércese por agradarle!

Nuestro Rey quiere que le sirvamos con amor; para ello, ha empeñado la Palabra en que ningún mal nos sobrevenga (Salmo 91). Cada uno debe medirse por la forma en que vive, sin el reproche de la conciencia, con el Espíritu Santo guiándole paso a paso. Sea sabio y vencerá en esta vida y en la eternidad. Dios está con los que le sirven con amor y de todo corazón (Salmo 1.1-3). ¡Su elección determinará la clase de persona que usted será!

¡Vuélvase al Señor! Esa será su mejor decisión. Caminar en la justicia eterna le realizará plenamente, sin tropiezos. ¿Alguna vez ha habido alguno? Cuéntele a Dios cuál fue, y Él le ayudará a caminar de nuevo a Su lado, y ninguna fuerza maligna le dominará. ¿Qué le parece orar ahora y ponerse bien con el Altísimo? (Jeremías 29.13).

 

        En Cristo, con amor,

 

R. R. Soares


La Oración de Hoy

¡Señor de las promesas firmes! No hay nadie como Tú, que Te conmueves, sientes cuán equivocados estamos y nos toma en Tus manos. El hombre Te necesita para lograr vencer en los momentos de tentación. Tú no nos desamparas ni nos abandonas.

Saber que nunca volveremos a Egipto es bueno, pero no queremos ser esclavizados por otro reino, que sin duda será peor que el primero. Ahora, como pueblo Tuyo, ¡guárdanos para que Te obedezcamos!

El único bien que podemos hacerte es darte el derecho de actuar en nuestras vidas, poseyéndonos por completo, limpiándonos de la inmundicia del diablo y haciéndonos Tus hijos. ¡Qué diferente eres del enemigo en todos los sentidos, y por eso Te damos las gracias!