EL RESULTADO DE LA PERFIDIA

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2024-07-20 03:00:00

Pondré a esta ciudad por espanto y burla; todo aquel que pase por ella se asombrará y se burlará de su destrucción.


Jeremías 19.8

Sabiendo que los acontecimientos del Antiguo Testamento son imágenes de lo que nos ocurre hoy, tenemos que dar gracias a nuestro Padre celestial por la sangre de Jesús derramada en el Calvario para liberarnos del dominio del pecado. Las Escrituras declaran: El pecado no se enseñoreará de vosotros, pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia. (Romanos 6.14). Por eso podemos alegrarnos y gritar a pleno pulmón: "Gracias, Señor, ¡por la sangre purificadora de Cristo!” (1 S. Juan 1.7)

El resultado de la traición del pueblo de Judá pesaría sobre todos nosotros, porque nuestras acciones no siempre son buenas, como dijo el apóstol Pablo: Lo que hago, no lo entiendo, pues no hago lo que quiero, sino lo que detesto, eso hago (Romanos 7.15). Sin embargo, esta ley ya no puede obrar en nosotros, porque otra ley ya obra poderosamente en los cristianos: Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. (Romanos 8.2). ¡Asúmase en Jesús!

La condena es cosa del pasado para los que reconocen que están en pecado, lo confiesan al Señor y se comprometen con la Palabra divina: La noche está avanzada y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas y revistámonos de las armas de la luz. (Romanos 13.12). Las declaraciones de Jeremías no ayudaron a los israelitas, porque se habían vendido al error, pero lo que el Espíritu Santo aconseja en este pasaje de Romanos le ayudará a usted, ¡si tan solo cree!

Dios quiere que su vida sea un testimonio de los milagros de Jesús en favor de la humanidad. El que ha visto u oído hablar de sus errores y lo ha condenado necesita ver y oír lo que usted es y será en Cristo a partir de ahora: De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; todas son hechas nuevas. (2 Corintios 5.17). Haga ante Dios una oración sencilla y poderosa para que sea perdonado. Manténgase firme en su fe en Cristo.

El convertido y perdonado será motivo de asombro y de alegría para todos, y muchos dirán: “¡Qué obra tan maravillosa ha hecho Dios en él!”. Así, usted caminará a la luz de las Escrituras, que le garantizan que todo ha sido hecho nuevo. Su tiempo de reinar es ahora, como dice la Biblia: Si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia (Romanos 5.17). ¡Ocupe su lugar!

La ciudad se asombrará cuando lo reconozca por las bendiciones que han sido derramadas sobre su vida y sobre su prójimo. Usted ya no será un canal de maldiciones y amenazas, sino una rica fuente de bendiciones para todos. ¡Su noche ha terminado! Mire lo que Dios ha preparado para vestirlo en este momento. El Reino de los Cielos crecerá con su cambio y con la unción de lo Alto que le acompañará para siempre. ¡Usted es una bendición en Cristo!

Para Judá, el mensaje era de condenación; para usted, es de victoria. El Señor declara: Pero levántate y ponte sobre tus pies, porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto y de aquellas en que me apareceré a ti. (Hechos 26.16). ¡Crea y viva!

 

        En Cristo, con amor,

 

        R. R. Soares


La Oración de Hoy

¡Dios del principio de la gloria humana! Tú has dispuesto el regreso del hombre a Tu Reino, por lo que nuestros pecados han sido perdonados, y ya no hay nada que temer. Es más, no tenemos que confesar nuestra derrota; después de todo, ¡para eso Te revelaste a nosotros!

Somos lo que Tú dices, podemos hacer lo que Tú declaras y, en Cristo, asumimos nuestra identidad de vencedores. No queremos contristar a Tu Espíritu Santo, sino darte alegría por lo que harás a través de nosotros, ¡porque Cristo ya ha pagado toda nuestra deuda!

Glorifícate en todos los que oran ahora, confiesan sus pecados y asumen una nueva identidad espiritual. Ya no hay más condenación para nosotros, ni hay manera de que el diablo y su mentira nos atrapen y se apoderen de nosotros otra vez. Somos la nueva creación en Jesús. ¡Gracias!