ENCONTRADO PARA SER GRANDE

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2024-11-15 03:00:00

Aman los primeros asientos en las cenas, las primeras sillas en las sinagogas.


San Mateo 23.6

Muchas personas tienen manía de grandeza. Se sienten importantes en su campo de actividad y se consideran superiores a los demás. Esta es una desviación cuyo origen es el diablo. Tenemos que ser lo que Dios dice que somos, edificarnos como casa del Señor, morada de los humildes de corazón (S. Mateo 11.29). Debemos esforzarnos por ser aprobados para alabanza de la gloria de Dios. Esta es la obligación del siervo del Altísimo (Efesios 1.12).

Querer ser lo que el Creador ha determinado es provechoso y hace un gran bien tanto en el mundo natural como en el dominio del Espíritu. Hemos nacido de nuevo en Cristo y hemos sido aceptados por el Padre (2 Corintios 5.17). Por tanto, ya no somos pobres desdichados que viven en la aflicción. Los que han sido alcanzados por la gracia de Dios son salvados, liberados y curados del mal. ¡Aleluya!

Jesús nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre (Apocalipsis 1.6). Por eso nunca debemos ir más allá de lo que dicen las Escrituras: nunca ocupar los primeros asientos en ninguna reunión, a menos que se nos invite a sentarnos en ellos (S. Lucas 14.7-11). Como reyes, nuestro lugar está en el trono del Señor, así que no lo cambiemos por el de los hombres. Es feo ser impaciente para ser honrado. Dejemos que nos vean y nos llamen a pasar al frente.

Si no le llaman, no intente ascender a un puesto más importante en la Iglesia, en la ciudad o el país. Es nuestro deber confiar en que Dios es más que suficiente para legitimarnos. Nunca se disguste si no le tienen en cuenta, sino manténgase firme, pues será reconocido por el Ángel del Señor cuando venga en gloria a buscar a Su Iglesia, que le pertenece. ¡Su posición será más satisfactoria de lo que es hoy!    Ser puesto delante de los ojos de todos es mucho mejor que ser enviado al fondo de la sala. Así que, si está seguro de que merece este protagonismo, acéptelo. Ahora bien, cuando humildemente vaya al fondo y sea llamado o no por los anfitriones para ir al frente, su «degradación» no le hará daño. Si es ascendido, los demás lo pensarán dos veces antes de atribuirle algo negativo, ya que ha recibido el mejor honor posible, además de una publicidad que no le ha costado nada.

Ya sea en fiestas, congresos, iglesias u otros lugares, nunca utilice la política para obtener ventaja, porque cuando otra autoridad sea elegida, ni siquiera recibirá una invitación. Sin embargo, si actúa con naturalidad, se le abrirán las puertas. En la Iglesia, solo Dios puede colocarle en destaque. Pero recuerde: Y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá. (S. Lucas 12.48b). ¡Esta es una regla del Reino de los Cielos!

Hacer la voluntad del Señor le hará merecedor del mismo título que recibió Abraham -amigo de Dios-, como afirma la Biblia: Y se cumplió la Escritura que dice: «Abraham creyó a Dios y le fue contado por justicia», y fue llamado amigo de Dios. (Santiago 2.23). Jesús dijo que los que escuchan Su Palabra son Sus amigos (S. Juan 15.14). ¿Qué le parece tenerlo como Amigo?

 

        En Cristo, con amor,

 

        R. R. Soares


La Oración de Hoy

¡Señor, Amigo nuestro! No queremos quejarnos ni pedirte que nos pongas en un lugar de relevancia. ¡Nos basta con ser Tu amigo! Cuando lo consideres necesario, nos elevarás donde quieras. ¡Nuestra preocupación debe ser escucharte!

En el mundo, la gente paga para ser promovida; en Tu Reino, Tú llamas a quien quieres. Lo importante para nosotros es pertenecer a Tu grupo, hacer Tu voluntad y descansar bajo Tu sombra. ¡Tú eres el Omnipotente y no dejarás de bendecirnos!

¿Cuántas veces nos ha sorprendido Tu visita, ya sea en la iglesia o leyendo la Palabra? Tú hablas a nuestros corazones, recordándonos que somos amados por Ti para estar donde Tú quieres que estemos. ¡Estaremos contentos con Tu cuidado y protección!