GRANDES REPROCHES

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2024-07-04 03:00:00

¿Por qué se quedaron entre los rediles, oyendo los balidos de los rebaños? ¡Entre las familias de Rubén se hicieron grandes propósitos!


Jueces 5.16

No todos los israelitas estaban dispuestos a ir a la batalla contra el malvado rey de Canaán, y el Señor vio la actitud de sus corazones. Muchos decidieron quedarse en los rediles de las ovejas y las vacas en lugar de participar en la batalla de liberación que tendría lugar en esos días. Los que participaron serán recordados para siempre como héroes, pero los "sabios" que no se comprometieron a liberar su patria serán eternamente reprochados.

Los que se quedaron a escuchar el balido de las ovejas no oyeron el grito de victoria de los santos que atendieron al toque divino en sus corazones. Los que se acobardaron y no acudieron en ayudar a sus hermanos sufrieron grandes pérdidas. Muchos cristianos solo piensan en la prosperidad y no invierten nada en las misiones del Señor. Los que se quedaron entre los rediles no sabían que nada malo les sucedería, pero en el lado opuesto, todo lo malo les ocurriría.

¡Qué decisión tan trágica toma el hijo de Dios cuando se niega a dar testimonio de lo que Cristo ha hecho en su favor! No se da cuenta de que el Señor permite que le sucedan ciertas cosas malas para que aprenda a confiar en Su bondad y misericordia. Quien rechaza la invitación del Altísimo hace lo que nunca debería haber pensado hacer. Al confiarnos una misión, el Señor nos proporciona lo necesario para darnos la victoria. No lo olvide nunca: ¡si usted cree, verá la gloria de Dios!

Los descendientes del primogénito de Jacob debían honrar la unión familiar y ayudar a su país a librarse de Jabín, rey de Canaán. Sin embargo, por miedo o cobardía, prefirieron escuchar el balido de los rebaños antes que al Señor. Del mismo modo, hay personas que carecían de los recursos necesarios para sobrevivir y, al ver nuestros programas, fueron tocadas por el Espíritu Santo a venir a la Iglesia, donde fueron liberadas y luego prosperaron; sin embargo, nunca ayudaron a la obra divina.

Rubén era el primogénito y debía dar ejemplo, pero se ocupó con los grandes propósitos de su deber y no llegó a ninguna parte. Nuestra fe no viene de pensar o planear, sino de escuchar la Palabra de Dios (Romanos 10.17). Por eso nunca debemos decir que no iremos a un lugar señalado por el Señor, ni preguntarnos qué hacer. Al contrario, debemos servir al Señor allí donde nos envíe. Quien le da la espalda a Dios, nunca lo verá delante de sí. ¡Sea victorioso creyendo en Jesús!

Los que examinan la mejor posición para apoyar no sirven a Dios, porque nunca se sienten dispuestos a hacer algo que su alma temerosa dice que no es razonable. Los cananeos estaban al servicio del diablo para destruir a Israel. El acusador quería impedir que el Salvador viniera al mundo, porque las Escrituras decían que procedería de Israel y de la tribu elegida por el Señor para esta tarea: la de Judá. Si yo pudiera estar cara a cara con Rubén, le preguntaría: “¿Por qué actuaste de esa manera?”

Cuando Cristo regrese a la Tierra, muchos se desesperarán porque, a pesar de haber recibido bendiciones de las manos de Dios, no han abierto las suyas para ayudar a la evangelización del mundo. ¿Por qué decir lo que el Señor no dijo, condenando las misiones destinadas a la salvación de todos los pueblos? En el Reino de los Cielos habrá gente de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas (Apocalipsis 7.9).

 

        En Cristo, con amor,

 

        R. R. Soares


La Oración de Hoy

¡Amado Señor! Nunca tomaremos decisiones perfectas si no hacemos Tu voluntad. Tú preparaste todo para la gran batalla contra los cananeos, y Tu pueblo fue llamado a participar, ¡pero algunos prefirieron escuchar el balido de los rebaños!

¿Por qué quedarnos donde Tú no nos pusiste, huyendo de Tu mandato de luchar contra los principados, potestades, príncipes de las tinieblas y huestes espirituales, si Tú nos has llamado a este precioso momento? ¡Ayúdanos, Padre!

Solo queremos oír de Tus rebaños los aleluyas y otras palabras que Te glorifiquen, pero el enemigo insiste en atacarnos con todas sus fuerzas. No podemos renunciar a ir por donde Tú nos mandas. Queremos caminar según Tu dirección, ¡porque somos Tus siervos!