Esta respuesta vino de Zofar a Job, el patriarca que enfrentó los peores momentos de su vida y no veía nada mejorar. Zofar utilizó palabras duras para responderle a su amigo. Sus comentarios fueron muchos y, en lo que dijo, vemos que debemos cerrar la boca para no decir cosas que no sabemos, porque habrá una respuesta a las muchas palabras. La Biblia contiene otras advertencias para los que hablan lo que no saben y, lo que es peor, acusan al Señor.

Jesús nos dio la siguiente orientación:  Pero yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio (S. Mateo 12.36). La palabra ociosa, que nada aprovecha, procede de la mente del hombre y no de Dios. Ciertamente desvía a la gente del verdadero Camino, y entonces el que la pronunció responderá por el daño causado a los que seguían la guía bíblica.

Lo peor es cuando la palabra ociosa se predica desde el púlpito como si fuera un mensaje de Dios. Hace mal y no bien, porque, al no tener origen en el corazón del Creador, contamina a los que no conocen la Verdad, llevándolos a tomar decisiones equivocadas. Los que están al frente de la Iglesia necesitan prepararse para anunciar solamente lo que viene del Altar del Señor. Es triste ver que se da un mensaje indirecto, especialmente cuando ese mensaje es un llamado al pecado.

El predicador perezoso responderá por no haber dedicado tiempo al Señor. Ese ministro ha dejado de ser guiado por el Espíritu Santo y se ha convertido en un títere en manos del diablo. Tenga cuidado de no ser piedra de tropiezo para nadie. (S. Lucas 17.1-2). Hay casos tristes en los que los mensajeros no han tenido cuidado al dar consejos y han dicho aberraciones, como aconsejar a alguien que deje a su cónyuge. ¡Nada justifica dar tales consejos!

Desde el principio de la fe cristiana, debemos enseñar a los nuevos conversos a vivir sin poner mentiras en boca de los demás. Si no tiene una revelación bíblica para alguien, guarde silencio. Es mejor pedir tiempo para orar y prepararse que ser utilizado por el enemigo. Mire cuánto se equivoca el que no se guarda y habla sin la guía del Cielo, haciendo que su prójimo tome una decisión insensata (1 Reyes 13.11-24). ¡Habrá una respuesta a las muchas palabras!

Es bueno meditar en Deuteronomio 32.32 en adelante, en las serias advertencias que contiene este pasaje. Servirán para el bien de los que aman al Señor. En ese cántico Dios declara: Porque no os es cosa vana; es vuestra vida, pues por medio de esta Ley haréis prolongar vuestros días sobre la tierra a la que vais para tomarla en posesión tras pasar el Jordán.» (Deuteronomio 32.47). ¡Solo el Padre puede aconsejarnos a vivir y no vegetar en esta buena tierra!

Acérquese al Altísimo con todo su corazón, buscando siempre la dirección correcta para su vida. Al final del día, estará listo para subir con Jesús cuando venga por su Iglesia. Los que no suban con Él sufrirán toda clase de violencias y maldades que el diablo hará antes del regreso del Señor (Apocalipsis 12.12). ¡Cuídese para que no sufra!

        En Cristo, con amor,

        R. R. Soares