LA RAZÓN PARA AMAR LA PALABRA

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2025-03-12 03:00:00
Sumamente pura es tu palabra y la ama tu siervo.
Salmo 119.140
Esta es una declaración maravillosa para empezar nuestro estudio de la Palabra, que nos alimenta, nos protege y nos guarda. Cada día debemos recordar que estamos caminando hacia Dios, el Creador de todo en el mundo físico y espiritual. Es bueno abrirse a la Verdad, porque necesitamos salir de esta “aula” mejores que cuando entramos. El Maestro nos iluminará, nos ungirá y nos usará para Su gloria y nuestro bien. ¡Él es nuestro Padre!
La pureza de la Palabra de Dios es inconmensurable, por eso se la llamó así. No hay en ella ni siquiera un punto de suciedad moral, de imperfección y de error. Ella obra con maestría la voluntad divina y, cuando le agradamos, hasta los deseos de nuestro corazón son concedidos: Te dé conforme al deseo de tu corazón y cumpla todos tus planes. (Salmo 20.4). La Palabra es Jesús en Su venida al mundo, tomando nuestra forma (S. Juan 1.1-14). ¡El Señor es maravilloso!
El Altísimo utiliza esta pureza extraordinaria para santificarnos, como dijo el Maestro: Santifícalos en tu verdad: tu palabra es verdad. (S. Juan 17.17). La santificación sucede cuando le da toda su atención a Dios y no a sus propios deseos y pensamientos. Si desea ser usado por el Señor, Él le santificará. Sin esto, nunca podrá ser instrumento de la obra divina (Isaías 59.1-2). Siendo templo del Señor, tiene que estar limpio (1 Corintios 6.19).
Entienda lo que Dios quiere de su vida y acepte lo que Él dice de usted. Entonces experimentará la perfección del Señor: Por lo demás, hermanos, tened gozo, perfeccionaos, consolaos, sed de un mismo sentir y vivid en paz; y el Dios de paz y de amor estará con vosotros. (2 Corintios 13.11). Cualquiera que viva con la mente llena de malos pensamientos debe confesarlo inmediatamente al Padre y abrazar su nueva vida (1 Juan 1.8-9).
Al Altísimo no le falta unción para purificar a los pecadores ni poder para cambiar sus vidas. Sin embargo, es necesario que se esfuercen por asumir lo que Dios tiene preparado para quienes le aman, tienen los mandamientos y los guardan (S. Juan 14.21). El secreto es caminar con fe y amor a Dios, rechazando las tentaciones del maligno. Cuando una persona es tentada a actuar en contra de la Biblia, pero resiste al diablo, no ha pecado (1 Pedro 5.8-9). Así que ¡alégrese de no haber cometido ningún error! (Santiago 1.2-4,12).
Debemos amar a Dios con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma y con toda nuestra mente. Las Escrituras declaran: Jesús le dijo: —“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.” (S. Mateo 22.37). Para llevar a cabo la obra del Señor, Sus hijos necesitan ser santificados. Si quiere alcanzar esta posición, acérquese al Padre celestial en oración y súplica, ¡para que participe de la felicidad eterna!
No hay mejor momento para santificarse que ahora. Hoy, con tanto pecado en oferta, los siervos del Señor debemos decir no a las películas inmorales, a los atractivos sensuales y a todo tipo de pecado, para santificarnos cada vez más, como dice la Palabra: El que es injusto, sea injusto todavía; el que es impuro, sea impuro todavía; el que es justo, practique la justicia todavía, y el que es santo, santifíquese más todavía. (Apocalipsis 22.11). ¡Nunca se ensucie, porque, al ser salvo, ha sido santificado para amar verdaderamente a Dios!
En Cristo, con amor,
R. R. Soares
La Oración de Hoy
¡Señor de la Palabra inmaculada! Eres bueno separando Tu Palabra de cualquier contaminación. Así nos limpias de toda inmundicia. ¡Te damos gracias por escuchar a Tu pueblo que clama por perdón y limpieza de toda iniquidad!
Rechazamos las ofertas del pecado, aunque estén revestidas de los engaños del diablo. Después de todo, tenemos perfecta comunión Contigo, por lo que no queremos corrompernos. ¡Estamos agradecidos porque nos guardas del mal!
¡Que podamos responder a los beneficios que tienes destinados para nosotros! Nos sacaste de las tinieblas y nos llevaste a vivir solo para Ti. Oramos por nuestros hermanos que han olvidado lo que Tú has hecho por ellos. ¡Que todo desviado vuelva corriendo a Ti, para ser reintegrado a Tu familia!