La verdadera razón por la que Jeroboam se levantó contra Salomón no está clara en la Biblia, pero su deseo se cumplió. El profeta Ahías lo encontró tomó la capa nueva que tenía sobre sí, la rompió en doce pedazos, y dijo a Jeroboam: «Toma para ti diez pedazos, porque así dice Jehová, Dios de Israel: “Voy a arrancar el reino de manos de Salomón y te daré a ti diez tribus. (1 Reyes 11.29-31). Tras hacerse cargo del nuevo reino, demostró ser peor que Salomón, apartándose de la Verdad de forma grave. Sin embargo, con la muerte de su hijo, Jeroboam lo pagó caro (1 Reyes 14.1-20). ¡Lo mejor es temer al Señor obedeciendo la Palabra!

Dios le dijo que las partes del manto simbolizaban la separación de Israel, y que se quedaría con diez tribus. Roboam intentó reunir sus fuerzas para mantenerlas bajo su dominio, pero el Señor se lo prohibió (1 Reyes 12.21-24). Jeroboam lo tenía todo para demostrar que la maldad de Salomón había sido juzgada y que el nuevo reino sería un representante de la justicia divina. Pero no tardó en revelar su falta de temor y la inconsecuencia de sus actos. ¡Pobre rey!

¿Cómo podemos saber lo que había en el corazón del rey cuando se levantó contra Salomón, que también se había apartado de Dios a causa de sus esposas? Cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres le inclinaron el corazón tras dioses ajenos, y su corazón no era ya perfecto para con Jehová, su Dios, como el corazón de su padre David. (1 Re 11,4). La Ley decía: «No cometerás adulterio» (Ex 20.14). Hoy, solo debe casarse con una mujer. ¡Vele, ore y crea!

Quien peca debe arrepentirse y buscar al Señor, confesar su transgresión y no volver a hacerlo. Cuando el pecado es consciente, es difícil ser perdonado; es necesario el arrepentimiento y un verdadero retorno a la Verdad. El Padre mira su interior y no su boca, pero cuando abra los labios, tenga en cuenta sus palabras. Nunca oculte su iniquidad, porque incluso antes de que lo haga, el Cielo sabe lo que ocurrirá. A propósito, trataron de impedir que contara lo que el diablo le decía.

Jeroboam ejemplifica a alguien irresponsable, que actúa con crueldad y ofende la santidad de Dios. Este rey quería ser grande en manos de Satanás, y eso es imposible; después de todo, el corazón del diablo es malvado. Aunque haga la voluntad del enemigo, al final tratará de destruirle. No importa la situación, él siempre intentará matarnos (S. Juan 10.10a). ¡Huya de él!

        La paciencia de Dios con Jeroboam se agotó hasta el punto de que el Señor -que es bueno, pero también justo- declaró que dejaría que el mal se apoderara de la casa de este rey malvado. Todo el tiempo, Jeroboam pensaba que el pueblo era tonto y él se creía listo. Incluso envió a su mujer a consultar a Ahías para que su hijo no muriera. Se disfrazó de campesina para engañar al ya anciano profeta. Sin embargo, cuando cruzó el umbral, Ahías demostró que era un verdadero siervo de Dios (1 Reyes 14.1-17).

El rey sufrió una gran vergüenza. Su hijo acabó muriendo. Puede que el profeta no pudiera ver, pero tenía una conexión viva con Dios. ¡Tema al Señor y manténgase firme en la Palabra!

        En Cristo, con amor,

        R. R. Soares