LOS OBEDIENTES DE JACOB

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2024-07-06 03:00:00

El pueblo de Zabulón expuso su vida a la muerte, como Neftalí en las alturas de los montes.


Jueces 5.18

El último hijo de Lea con Jacob se llamaba Zabulón, que significa morada. Demostró su amor por el plan de Dios saliendo con Barac para enfrentarse al ejército de Jabín, el rey de Canaán (Jueces 4.10). Su prueba de amor fue tan grande que, según las Escrituras, esta tribu se expuso a la muerte. Dios habitaba en Zabulón, que no se fijó en el desafío que le esperaba, sino en la victoria que iba a obtener. Esa clase de persona agrada al Señor, porque para ella, ¡Dios es el Más Grande!

Declarar la creencia en el Altísimo para recibir una bendición no es difícil, porque Él tiene el poder de poner fin a las acciones del enemigo y resolver los problemas del hombre y de la nación. Dios afirma que quien Le ama tiene Sus mandamientos y los cumple, por lo que también será amado por Él (S. Juan 14.21). No hay nada más sabio que caminar con el Padre celestial. Cuando esto sucede, el Espíritu Santo rodea a ese individuo de protección y éxito como nunca antes.

La tribu de Zabulón bajó del monte Tabor hacia el campo de batalla y entró donde estaba más concentrado el enemigo (Jueces 4.14). A ojos humanos, esto daría a su pueblo la menor oportunidad de derrotar al rey cananeo y a su gran ejército. No importa lo que la gente diga y enseñe, Dios es la Verdad. Cuando nos guía por Su camino, nuestras posibilidades de éxito son mayores que cualquier otra cosa (Romanos 3.4). Zabulón estaba en el camino correcto hacia la victoria.

Todo ayudó para que Israel ganara, pero si Barac no hubiera aceptado la invitación del Señor, no habría tenido éxito. Cuando somos guiados por el Altísimo, nuestras posibilidades de ser derrotados son nulas. A diferencia de las tribus que se ausentaron de la guerra, los zabulonitas arriesgaron sus vidas no solo por seguir a Dios, sino también por ganar la batalla. Al hombre le parece insensato luchar contra un ejército organizado, ¡pero el Todopoderoso es Omnisciente! (Isaías 55.8-9)

Neftalí era el quinto hijo de Jacob y el segundo de Bilha, la sierva de Raquel, la amada de Jacob. Para poder pagar su dote y casarse con Raquel, trabajó durante siete años (Génesis 29.18-20). Luego trabajó otros siete años, porque su suegro lo había engañado la primera vez (Génesis 29.27-30). Neftalí venía con la disposición de su antepasado, que había demostrado que vale la pena pensar y actuar como Dios enseña. Aquí podemos decir: "De tal palo, tal astilla". El Señor también espera de usted esta fidelidad.

Neftalí se unió a su hermanastro Zabulón, y juntos salieron al encuentro del ejército cananeo y lo derrotaron. Dele al Señor pruebas de que Le ama guardando Sus mandamientos (S. Juan 14.21). Él hará entonces lo necesario para que tenga éxito en su fe en Cristo. Ahora tiene que identificar lo que le molesta y exigir que sea quitado (S. Juan 14.13-15), porque la Palabra del Señor nunca vuelve a Él vacía (Isaías 55.11). ¡Crea y alégrese!

Ellos lucharon sin importarles si morirían o no en ese enfrentamiento; al fin y al cabo, su propósito era obtener la victoria para su nación y lo consiguieron. Esta debe ser nuestra actitud ante los retos de la Iglesia y los problemas cotidianos. No hay ni habrá ninguna posibilidad de que seamos derrotados (Romanos 8.36-37). ¡Dios es nuestro pronto Auxilio en las tribulaciones! (Salmo 46.1)

 

        En Cristo, con amor,

 

        R. R. Soares


La Oración de Hoy

¡Dios de los obedientes! Gracias por los testimonios que nos das de aquellos que Te han servido y han hecho Tu voluntad en los tiempos que has elegido. ¡Son lecciones para nosotros! ¡Nadie puede derrotarnos si luchamos Tus guerras bajo Tu dirección!

Para el hombre somos locos, pero para Ti somos obedientes. Nuestra recompensa vendrá en la medida y compromiso que mostremos. ¡Gracias por estar siempre con nosotros! Con Tu amor, siempre seremos más que vencedores. ¡Qué bueno es servirte y amarte!

Exponer nuestras vidas hasta la muerte no es nada si tenemos fe en que Tú eres el Escudo, el Auxilio y la fortaleza muy presente en la hora de la tribulación. Aunque el ejército del Infierno se levante contra nosotros, ¡saldremos con la frente en alto para verte hacer Tus maravillas!