MEDITANDO EN EL CAMPO

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2025-03-09 03:00:00

Había salido Isaac a meditar al campo, a la hora de la tarde, y alzando sus ojos vio los camellos que venían.

Génesis 24.63

Isaac sentía la soledad de no tener aún a una pareja a su lado. No entendemos por qué ocurre esto hoy entre el pueblo de Dios. Lo normal al comienzo de la edad adulta es seguir la orden de Dios: Él, respondiendo, les dijo: —¿No habéis leído que el que los hizo al principio, “hombre y mujer los hizo”, y dijo: “Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne”? (S. Mateo 19.4-5). ¡El Señor bendice a los que creen!

Abraham sintió que su hijo había sido blanco del Infierno. Por eso envió a su criado principal a buscar una muchacha para que se casara con Isaac, y así sucedió: Jehová, Dios de los cielos, que me tomó de la casa de mi padre y de la tierra de mi parentela, y que me habló y me juró, diciendo: “A tu descendencia daré esta tierra”, él enviará su ángel delante de ti, para que tú traigas de allá mujer para mi hijo. (Génesis 24.7). El envío de Dios es perfecto. ¡Clame a Él!

Cuando el propósito se origina en el corazón del Padre, todo sucede impecablemente. En aquel momento, no había forma de saber dónde estaba el siervo de Abraham y si volvería para decirle que el plan había funcionado o no. Abraham no envió a su mayordomo por casualidad; debió seguir la dirección del Altísimo. Lo que estaba en juego era mucho mayor que la felicidad de Isaac en un matrimonio: ¡a través de la descendencia de Isaac nacería el Salvador!

El heredero de las promesas hechas a Abraham era un hombre de Dios y vivía en comunión con Él. Pero, ¿por qué tardó tanto el patriarca para enviar a alguien a traerle una novia a su hijo? Bueno, no tendremos respuestas a ciertas preguntas aquí en la tierra. Solo en la eternidad las conoceremos. Es hermoso saber que Isaac fue a meditar al campo en el momento oportuno.

Isaac estaba en comunión con el Padre y sintió que debía abrir y alzar los ojos. Cualquiera que haya tenido la experiencia de ser usado por el Señor y ver las maravillas que Él ha hecho en su vida o ministerio sabe que el Altísimo nunca fallará. El joven alzó los ojos y vio que los camellos se acercaban a él. Probablemente su corazón se aceleró y vio a alguien bajarse del camello.

La Palabra del Señor habla del hombre que encuentra una esposa: El que encuentra esposa encuentra el bien y alcanza la benevolencia de Jehová. (Proverbios 18.22). Isaac conocía la capacidad del siervo de su padre para cumplir las misiones que se le asignaban, por lo que estaba seguro de que Rebeca era la elegida por el Cielo para ser su esposa. Su corazón debió acelerarse cuando supo que por fin había encontrado lo que buscaba. ¡Dios es fiel!

Rebeca también alzó los ojos y le preguntó a Eliezer quién era el hombre que venía a su encuentro. Cuando oyó hablar de Isaac, se bajó del camello y se cubrió con su velo (v. 64). ¡Qué escena tan digna de ser grabada! La emoción se apoderó de ellos. Dios obró para que naciera Jesús y se realizara nuestra redención.

 

En Cristo, con amor,

 

R. R. Soares


La Oración de Hoy

¡Señor, Realizador de sueños! Es bueno ver que las promesas se cumplen según Tu plan. ¿Cuántas cosas buenas nos han sucedido y por eso estamos alegres y agradecidos? Si no fuera por Jesús, no estaríamos aquí. ¡Úsanos, Padre!

           Tú llevaste a Isaac a meditar en el campo cuando el día estaba terminando, y lo que vio agradó a su corazón. Cuando realizas la obra prometida, nos alegramos y hasta lloramos de emoción. ¿Cómo no vamos a amarte?

Que este lector mío, que ahora clama a Ti en busca de ayuda, se convierta en beneficiario de Tus misericordias. Aunque hemos cometido muchos errores, todo en nosotros ha cambiado para Tu gloria. ¡Este es el momento de empezar a escucharte y servirte de nuevo!