ORANDO APARTE

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2025-03-06 03:00:00

Después de despedir a la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo.


San Mateo 14.23

En este versículo vemos que el Salvador no tenía prisa por hacer la obra. La hizo con cuidado y bajo la dirección del Padre. Mateo registró cómo el Maestro alimentó a cinco mil hombres, además de mujeres y niños. Después de que los discípulos creyeron que era imposible conseguir suficiente pan para alimentar a una multitud tan grande, Cristo ordenó a todos que se recostaran sobre la hierba y, tomando los panes, los bendijo y se los dio a todos (S. Mateo 14.13-21).

El día estaba decayendo y pronto llegaría la noche. Con calma, el Maestro distribuyó la porción multiplicada de cinco panes y dos peces. No sabemos qué pensaban los discípulos al inicio de la obra milagrosa que se realizaría ante sus ojos, pero ciertamente muchas personas dudaban de que todos serían alimentados. Después de todo, llevaban tres días con el Salvador y no habían comido nada. ¡La merienda de un niño fue suficiente!

Todos quedaron satisfechos, porque la bendición de Jesús los alimentó. Las obras del Señor son hechas por fe, y la Biblia dice que tenemos la fe de Cristo para justificarnos: Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la Ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la Ley, por cuanto por las obras de la Ley nadie será justificado. (Gálatas 2.16). ¡El secreto es usar esta fe!

Terminada la reunión, Jesús tuvo tiempo de despedir a la multitud, bendiciendo a cada uno de los que habían venido a ver la gloria de Dios y a confirmar las operaciones del Cielo. El Señor sigue haciendo las mismas maravillas con un grupo de personas o con una sola persona, siempre que crean lo que dicen las Escrituras sobre Él. ¡Los que se fueron estaban seguros de haber visto milagros!

Después de despedir a la multitud, Cristo no se apresuró a encontrarse con Sus discípulos, sino que subió a la cima de la montaña para orar al Padre. Jesús sabía que, sin esta comunión, no haría nada. A nosotros nos pasa lo mismo; Si no estamos alineados con el Altísimo, Su poder no entrará en acción. Cristo dijo: Separados de mí nada podéis hacer. (S. Juan 15.5b). Es bueno tomarse un tiempo para estar a solas con Dios y hablar sobre lo que ha estado haciendo y lo que tiene que hacer. ¡Él responde!

        Allí, en la montaña, Jesús recibiría instrucciones para seguir cumpliendo Su misión. La noche se acercaba para cubrir aquella región del planeta, y allí estaba Jesús, clamando para saber cómo proceder para la gloria del Padre. Necesitamos aprender a hacer la voluntad de Dios; sin embargo, sin la enseñanza, la técnica y las herramientas que el Maestro utilizó, nunca podremos ejecutar con éxito nuestro llamado. ¡Pero en Cristo somos más que vencedores!

El Hijo de Dios no le tenía miedo a la noche ni a las fuerzas que actúan en la oscuridad. Después de todo, Su Padre nunca lo dejaría ni l

o abandonaría. El mismo sentimiento debe existir en nuestros corazones; para ello, debemos aprender a seguir los pasos de Cristo, amar verdaderamente al Padre y esperar el cumplimiento de las promesas divinas. ¡Prepárese en el Señor para la obra de evangelización!

 

En Cristo, con amor,

 

R. R. Soares


La Oración de Hoy

¡Señor de las maravillas celestiales! Es imposible hacer las obras de Cristo por los necesitados con nuestras propias fuerzas. Ahora bien, si Él dijo en voz alta que las haríamos, ¿por qué temer? Padre, ¡Tú estás con nosotros todo el tiempo!

        ¡No podemos tener prisa por volver a casa! Si tienes más tareas para nosotros, tendremos que quedarnos y esperar más órdenes. Tu Hijo despidió a todo el pueblo y luego fue a la montaña a orar. ¡Padre! ¡Qué vergüenza para nosotros, porque no creemos como Él cree!

No dedicamos tiempo para actuar como el Salvador, por eso no vemos Tu poder a través de nuestra fe y acción. Tú ya has dicho que nunca nos dejarás ni nos abandonarás, por eso debemos creer en esta verdad. ¡Ayúdanos!