PERMANEZCA EN EL ESTADO EN QUE FUE LLAMADO

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2025-05-29 03:00:00

Cada uno, hermanos, en el estado en que fue llamado, así permanezca para con Dios.


1 Corintios 7.24

Normalmente usamos este versículo para orientar a las personas que viven maritalmente sobre las dudas que surgen después de que uno de los cónyuges ha aceptado a Jesús como Salvador y Señor. Preguntan si deben tomarse un tiempo en la relación o separarse de inmediato. La respuesta está en la clara orientación bíblica; no es necesario consejo humano. Si la esposa, o el esposo, permanece como estaba, debe luchar por la salvación de su pareja, ¡porque Dios es fiel!

El Señor sabe todas las cosas, por eso Cristo le dijo a la mujer samaritana: Jesús le dijo: —Ve, llama a tu marido, y ven acá. Respondió la mujer y dijo: —No tengo marido. Jesús le dijo: —Bien has dicho: “No tengo marido”. (S. Juan 4.16-17). Ante el Salvador, ella no mintió, sino que fue sincera al reconocer que no tenía marido. ¡La persona que ve a Jesús en las Escrituras debe decir siempre la verdad!

La actitud correcta de la samaritana hizo que Jesús elogiara su franqueza. Si ella se hubiera callado, es muy probable que el diálogo entre ella y el Señor hubiera terminado en ese momento. Cuando esté en oración y sienta el deseo de confesarle a Dios su mala conducta, no lo deje para después, actúe de inmediato. El Altísimo jamás atenderá a quien intenta engañarlo.

A lo largo de la conversación, el Maestro resumió su vida: Porque cinco maridos has tenido y el que ahora tienes no es tu marido. Esto has dicho con verdad. (S. Juan 4.18). Jesús no autoriza la fornicación, ni que alguien conviva con otra persona, teniendo intimidad, sin que esté casado. Esta práctica impedirá que alguien habite en el Cielo: Sabéis esto, que ningún fornicario o inmundo o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios. (Efesios 5.5).

Entonces surge la pregunta: “¿Qué debo hacer si él, o ella, no quiere casarse?”. Bien, el salvo debe buscar con todo su corazón y con toda su alma la respuesta positiva de quien dijo: Ellos dijeron: —Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo tú y tu casa. (Hechos 16.31). ¡Esta declaración de la Palabra es el arma para que la persona la use, a fin de que su compañero o compañera sea convencido por Cristo y lo acepte en su vida!

Cuando una persona se convierte al Evangelio, necesita saber que el plan divino es más amplio de lo que piensa. Dios quiere arreglar todo en su vida, para que pueda subir con Él en el Día del arrebatamiento de la Iglesia (1 Tesalonicenses 4.13-18). Antes de ser salva, era tinieblas, pero ahora es luz en el Señor: Porque en otro tiempo erais tinieblas, pero ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz (Efesios 5.8). El siervo de Dios sincero disfruta de Su favor continuamente.

Respecto a la separación de parejas que vemos en nuestros días, lo mínimo que se puede decir es que hay una falta de respeto a la Palabra de Dios, la cual dice: Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó no lo separe el hombre. (S. Mateo 19.6). Esta respuesta del Maestro resuelve el problema del divorcio. Cualquiera que desobedezca esta dirección no es discípulo de Cristo y no conoce la Verdad que libera de toda opresión (S. Juan 8.31-32).

 

En Cristo, con amor,

 

R. R. Soares


La Oración de Hoy

¡Dios del matrimonio! Tú permitiste al hombre encontrar a una mujer y casarse con ella, preparando lo necesario para formar una familia, ¡donde el amor y el respeto mostrarían que Tú eres el “pegamento” que los unió y que sus hijos son Tu herencia!

Hoy vemos la falta de respeto hacia Ti, porque no existe el amor. El deseo por las prácticas pecaminosas ha predominado incluso en el lecho conyugal, poniendo la mancha en el lugar donde la santidad debería ser honrada y glorificada. ¡Como Tú eres santo, nosotros también debemos serlo!

Perdona a aquellos que no se cansan de pedir Tu ayuda. Necesitan rechazar la voluntad del diablo para subir contigo. Lava a quien se arrepintió de sus iniquidades y de haberlas repetido, ¡dándoles el placer de decirle no al maligno y de vivir para glorificarte!