QUÉ HACE LA DESVIACIÓN

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2024-07-16 03:00:00

Porque me abandonaron y enajenaron este lugar ofreciendo en él incienso a dioses extraños, que ni ellos habían conocido, ni sus padres, ni los reyes de Judá; y llenaron este lugar de sangre de inocentes.


Jeremías 19.4

Los descendientes de David se desviaron completamente del plan de Dios, entregándose al peor pecado: abandonar al Señor. ¡Qué locura! ¿Ha hecho usted lo mismo? Si lo ha hecho, es hora de que se arrepienta y confiese sus errores, pidiendo perdón y liberación de la tentación. Solo Dios puede hacer eso por usted (S. Mateo 6.13). Si la guía salió de los labios de Jesús, ¡es la voluntad de Dios!

¿Cómo llegaron los israelitas a alejarse tanto de Dios hasta el punto de dejarlo? Ahora, muchas personas actúan de esta manera, ignorando el hecho de que nadie será feliz sin el Señor, ni recibirá la respuesta a sus oraciones si no se arrepiente y se aparta del pecado. David dijo: Mi pecado te declaré y no encubrí mi iniquidad. Dije: «Confesaré mis rebeliones a Jehová», y tú perdonaste la maldad de mi pecado. (Salmo 32.5). ¡Siga la santa instrucción!

Judá ya había profanado su espíritu al permitir que las obras de las tinieblas entraran en su patria. Los rebeldes habían manchado el cuerpo con abominaciones que profanaron el lecho conyugal. Ahora, lo peor fue que contaminaron la tierra que habían recibido del Señor, que representa la comprensión que Dios da de quién es Él, Su voluntad y misión en el Evangelio. Muchos desprecian los mandamientos bíblicos y todavía enseñan que todo está permitido en el lecho conyugal. ¡Misericordia!

La degradación comienza en su espíritu - la morada del Señor - cuando uno acepta las ofertas mentirosas del diablo. Estamos viendo una generación de personas salvas que se perderán para siempre, porque imitan a los perdidos en prácticas que van en contra de la Biblia, que dice: Los alimentos son para el vientre, y el vientre para los alimentos; pero tanto al uno como a los otros destruirá Dios. Pero el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor y el Señor para el cuerpo. (1 Corintios 6.13). ¡Esté alerta!

Los pensamientos impuros que provienen de contenidos prohibidos en la Tele o en cualquier otro medio son incienso quemado a los demonios - otros dioses. La Palabra dice: »Santificaos, pues, y sed santos, porque yo, Jehová, soy vuestro Dios (Levítico 20.7). Nunca permita que nada tome el lugar de Dios en su vida. El diablo quiere que desobedezca al Señor, pero seguid la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. (Hebreos 12.14). ¡Decídase ahora!

Las prácticas equivocadas, las invocaciones a los demonios y el arrojar a los hijos al fuego para que tuvieran buenas cosechas no estaban permitidas a nadie, ni siquiera a los perdidos. Esa fue una de las razones por la que los antiguos habitantes de Canaán la perdieron; después de todo, esa tierra fue dada a los hijos de Abraham. De hecho, los israelitas solo prosperaron en la presencia de Dios separándose de los pueblos. Debían vivir solo con lo que se les había dado (Números 23.9).

Los reyes de Judá y la gente que vivía allí se dejaron embaucar por las mentiras del enemigo y por eso llenaron aquella región de sangre de inocentes. ¿Qué le ha sucedido y le sucederá que el Altísimo desapruebe? ¡Es hora de detener esto!

 

        En Cristo, con amor,

 

        R. R. Soares


La Oración de Hoy

¡Señor de fuerte advertencia! Ante Ti, confesamos nuestros pecados, pues hemos seguido el mismo camino de rebelión que los israelitas, y eso es todo lo que quiere el diablo. ¡Pero ahora Te pedimos perdón y limpieza completa a través de la sangre de Jesús!

Hemos profanado la comprensión que nos diste cuando aceptamos a Jesús como Salvador y Señor de nuestras vidas. Al principio, todo era maravilloso, pero como estábamos contaminados, todo salió mal. Por eso Te pedimos perdón. Padre, ¡sálvanos y santifícanos!

Rechazamos otros dioses y señores; nos basta con tenerte a Ti como nuestro Dios. Porque hemos pecado, nos oprime la oscuridad. Ayúdanos a levantarnos y a dar los pasos correctos. ¡No queremos ser responsables de la sangre de inocentes!