SEÑOR DE LA RECONCILIACIÓN

COMPARTILHE

2025-05-27 03:00:00

Y si se separa, quédese sin casar o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer.


1 Corintios 7.11

En este mensaje, sería bueno que dejara a un lado sus pensamientos y se atuviera a la Palabra de Dios, porque ella nos salva y nos guarda. Sin ella, no podemos hacer nada. Ella es el Señor mismo en nuestras vidas:  La palabra de Dios es viva, eficaz y más cortante que toda espada de dos filos: penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. (Hebreos 4.12).

Este versículo que ahora estudiamos es la continuación del anterior, que dice: A los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor, que la mujer no se separe del marido; (1 Corintios 7.10). Si no se sigue la orden del Señor, habrá un castigo. Prácticamente todos los que se han separado han experimentado relaciones sexuales con nuevas personas, y eso es adulterio. Nadie puede hacer de su cuerpo otra cosa que no sea un templo de Dios (1 Corintios 6.19).

Se nos es ordenado guiar nuestra vida por los caminos de la Palabra, para que el mal se aleje de nosotros. Pobres los que se dejan llevar por el odio y el resentimiento. Un corazón sin temor de Dios desprecia las enseñanzas de Dios y, como consecuencia, no puede entregarse al Señor como debería, ni recibir su guía, viviendo desprotegido.

Saúl fue elegido para cuidar del pueblo de Dios como un verdadero pastor, que es la misión del rey. Sin embargo, se dejó llevar por los celos cuando se dio cuenta de que el Altísimo amaba a David. Saúl sospechaba que el joven pastor llegaría a ser rey de Israel. Así que, influenciado por el maligno, intentó terminar con la vida de aquel a quien el corazón del Señor había elegido. Sin embargo, con el paso del tiempo, descubrió que los filisteos no dejaban de perseguirle. ¿Valió la pena?

Saúl se convirtió en rey por elección del Dios eterno, pero como quería ese puesto para su hijo, no le importó intentar matar a David. Sin embargo, en una de las muchas batallas que libró contra sus verdaderos enemigos, Saúl murió junto con sus tres hijos (1 Samuel 31). ¿Por qué no se ajustó al plan del Cielo entrenando al hijo de Jesé para que lo reemplazara? El que menosprecia el precepto se perderá; el que teme el mandamiento será recompensado. (Proverbios 13.13). ¡Ame a Dios!

Si una mujer salva que quiere vivir en el Cielo se separa de su marido, debe permanecer soltera. Si esto no es posible, debe reconciliarse con él. Sin embargo, tenga cuidado: si ella quiere a otro hombre en su vida, debe saber que esto es adulterio, y este pecado le impedirá entrar en el Reino del Señor (1 Corintios 6.9-10). ¡Tenga cuidado de no descalificarse a sí mismo!

La Biblia dice: Cualquiera que se extravía y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo. (2 Juan 1.9). El acto de prevaricar es hacer un acuerdo para el cual no estaba autorizado. Desobedecer el mandato del Altísimo es rechazar la doctrina de Cristo, demostrando que no ama ni al Padre ni al Hijo.

 

        En Cristo, con amor,

 

        R. R. Soares


La Oración de Hoy

¡Dios de los mandamientos! Tus órdenes nos dan la sabiduría necesaria para que vivamos con dignidad, preparándonos para estar a Tu lado por toda la eternidad. Queremos cumplirlos, ¡por eso clamamos por Tu favor!

El mundo tiene una filosofía que no está de acuerdo con Tu voluntad. Los perdidos hacen lo contrario de lo que Tú dices. Por eso Te pedimos Tu guía, porque queremos agradarte en todo sin descalificarnos. ¡Ayúdanos, Padre!

Aceptamos Tus indicaciones porque, además de ser la razón de todas las cosas, sabes que no hay sabiduría en nosotros que pueda resistir las tentaciones del enemigo. Te agradecemos que nos des las mejores enseñanzas, guiándonos bajo Tu infinito amor.