SENTADO SOBRE EL CÍRCULO DE LA TIERRA

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2020-04-22 03:00:00
Él está sentado sobre el círculo de la tierra, cuyos moradores son como langostas; él extiende los cielos como una cortina, los despliega como una tienda para morar.
Isaías 40.22
Isaías vivió hace cerca de 2.700 años, cuando nadie imaginaba que la Tierra fuese redonda. En una visión que Dios le dio, vio lo que el hombre no consiguió fotografiar hasta hace relativamente pocos años. No sabemos por qué el Creador hizo el Universo de esta forma. Hay planetas cuya materia solo es gas –al menos, eso es lo que dicen los sabios– y los hay de cuya composición no tenemos pleno conocimiento. Pero sabemos que Jesús dirige toda la creación, y lo hace muy bien.
El hecho de que Cristo, antes de la encarnación, fuera designado como Comandante del mundo material, y que ahora tenga también el control del espiritual, significa que nada escapa a la mirada ni al poder del Salvador. No podemos imaginarnos cómo es Él, pero de una cosa podemos estar y seguir estando seguros: ¡la salvación alcanzada en la sangre de Cristo es la mayor bendición!
La fuerza del Señor es tan grande que los habitantes de la Tierra no son más que langostas delante de Él. Él cuida de nosotros, por eso no hay ni la más mínima posibilidad de que esta generación desaparezca por ningún accidente natural o nuclear (San Marcos 13.30). Solo Dios es capaz de impedirle al mundo que se autodestruya o que sea destruido por algún irresponsable. Todos pueden descansar en Su Palabra, ¡porque Él la cumplirá!
¡Que tengan cuidado los gobernantes de los países que usan su posición para enriquecerse a costa del pueblo, que no tiene quien mire por él! El que propone leyes perversas y malvadas, las ejecuta u ordena que sean hechas rendirá cuentas el Día del Juicio. Estos “señores” de las naciones volverán a la nada. El diablo siempre engañó a los débiles de mente y a los codiciosos de poder a cualquier precio.
Si juzgan las causas como bien les parezca, los jueces de la Tierra lo pagarán caro. El Juicio final hará enrojecer de vergüenza a los que se apropiaron del cargo para acumular más de lo que su buen salario les daba. La gente debe obedecer la voluntad de Dios con temor, permaneciendo firme en lo que le está permitido tener y hacer; así, no será descalificada. La verdad es solo una y habla por sí misma (San Juan 14.6).
Los cielos –con billones de galaxias, cada una con billones de astros– se extienden como una cortina, cerrándose y abriéndose al antojo de nuestro Salvador. Él es el verdadero Señor del Universo. ¿Quién no se inclinará delante de Él? Hoy algunos afirman que nunca lo harán, pero cuando Jesús venga en Su gloria, como si fuese una orquesta bien coordinada, la humanidad se postrará delante de él y suplicará Su misericordia. ¡Pero será demasiado tarde!
¿Cómo es Dios? Nadie está en condiciones de hablar de esto ahora. Él es más de lo que nuestra mente puede entender: grande en poder, lleno de misericordia y colmado de habilidad. Él extiende los cielos como una cortina, los despliega como una tienda para morar. ¡Aleluya!
En Cristo, con amor,
R. R. Soares
La Oración de Hoy
¡Dios, Autoridad máxima! Cuando Isaías Te vio, entendió muchas cosas que nosotros ni nos imaginamos. En sus días, afirmar que la Tierra era redonda era una aberración para los de la falsa ciencia, pero no para nosotros, que creemos en Ti.
Isaías Te contempló sentado sobre el círculo de la Tierra, como Señor del mundo material. Ahora Tú estás investido de toda la autoridad, tanto en el mundo material como en el espiritual. ¡Tu poder nunca tendrá fin ni será detenido! Ayúdanos a predicar el mensaje de la salvación en todos los cuadrantes de la Tierra, para que los perdidos y los que sufren Te conozcan como su Salvador y Señor. Todos necesitan la oportunidad de salvarse. ¡Amén!