SOY EL QUE HABLA CONTIGO

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2024-12-12 03:00:00

Jesús le dijo: —Yo soy, el que habla contigo.


San Juan 4.26

En el pasado, antes de que Jesús viniera al mundo, Dios nos hablaba de diferentes maneras, como muestra la Santa Biblia: Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas. (Hebreos 1.1). Hoy, el Hijo nos habla por el Espíritu Santo mediante la revelación de las Escrituras:  Él me glorificará, porque tomará de lo mío y os lo hará saber (S. Juan 16.14). ¡Maravillosa Unidad Santa!

Una de las misiones del Espíritu Santo es guiarnos a toda la Verdad, como afirmó el Señor al referirse a Su venida: Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga y os hará saber las cosas que habrán de venir. (S. Juan 16.13). Hay muchas cosas que aprender para caminar en la Verdad. Debemos estar cerca de Cristo para que seamos instruidos y guiados.

Es interesante observar que Jesús hablaba con la samaritana, de la que, por lo que sabemos, no había buenas referencias. Según su cultura, las señoras decentes no iban al pozo a esa hora a buscar agua. Pero en el transcurso de la conversación, vemos que estaba mejor informada que la mayoría de la gente, porque hablaba con el Hijo de Dios: Le dijo la mujer: —Sé que ha de venir el Mesías, llamado el Cristo; cuando él venga nos declarará todas las cosas. (Juan 4.25).

Al revelar hechos de la vida de la mujer que solo ella conocía, Jesús demostró que Él era el Mesías que ella había estado esperando. De la misma manera, Él quiere que le conozca; al fin y al cabo, sin Él no hará nada (S. Juan 15.5). Cuando alguien se inclina para aprender de Dios, se distingue de cualquiera que se considere exitoso. Quien conoce al Señor vive de forma diferente a los demás y puede utilizar el poder de lo Alto como hizo el Maestro. ¡Este nuevo siervo del Altísimo vive lo mejor de Dios!

Cristo habló de Sí mismo, y también de nosotros, cuando prometió: Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él y él conmigo. (Apocalipsis 3.20). Preste atención a estas palabras y abra la puerta de su corazón para que la mano divina elimine todo mal de su vida. Jesús es el único capaz de hacer de usted una gran bendición para la humanidad, pero tiene que quererlo y dejar que Él sea el Señor de su vida.

No le esconda nada a Jesús. Él sabe todo lo que ha pensado y hecho, y por eso puede salvarle. No quiera nunca tener un «parche» en sus obras, sino un cambio real. Tiene que nacer de nuevo para que entre en el Reino de los Cielos (S. Juan 3.3-6). Entonces, tome la decisión más importante de su vida. Así, todo lo malo que haya en usted será expulsado y quemado por el fuego inextinguible. ¡Usted se convertirá en una nueva criatura! (2 Corintios 5.17).

Cuando sienta que el amor de Dios actúa, ábrase al Padre, confiese sus errores y pídale que le limpie por completo. De este modo, el Señor obrará en su favor. No planee nada; medite en la Palabra y descubra cómo ser puro y santo como Jesús. Deje atrás el pecado y sea victorioso en todo. El Maestro dice: Yo soy, el que habla contigo. ¡Crea y viva!

 

 

En Cristo, con amor,

 

R. R. Soares


La Oración de Hoy

¡Dios eterno! Hoy es un día de cambio en la vida de esta persona que ora ahora y pide perdón por los pecados que la ensucian y los sueños malignos que permiten al diablo hacer su hogar en ella. ¡Perdónala!

No podemos vivir sin Jesús, sin Tu amor y sin sentir que Tu Espíritu nos guía. Los que se creen más santos están aprendiendo que la justicia propia no vale nada, por eso claman por Tu misericordia. Dios, ¡Te damos gracias por Tu cuidado!

Que seas Tú quien hable a esta persona que acaba de arrepentirse de las iniquidades que ha cometido y que han regido su vida hasta ahora. Tu Espíritu Santo la guiará, transformándola en una fiel sierva Tuya. ¡Amén!