SUMISIÓN DE LOS DOS

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2025-05-21 03:00:00
La mujer no tiene dominio sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el marido dominio sobre su propio cuerpo, sino la mujer.
1 Corintios 7.4
El versículo en cuestión trata de uno de los aspectos de la relación de la pareja. Como muchas personas aún no han aceptado a Jesús como Salvador y Señor, no se les ha enseñado correctamente a caminar como hijos de la luz, por lo que pecan y llevan a su cónyuge al pecado. La Biblia da la dirección correcta: Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. (Gálatas 5.16). Quien siga esta regla, ¡nunca se equivocará!
El que haya aprendido que todo vale entre cuatro paredes, debe entender de que ésta no es la guía de Dios. La Biblia dice claramente que, para hacer la voluntad de Dios, debemos observar la siguiente exhortación: Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría. (Colosenses 3.5). No solo algunas de estas prácticas conducen al libertinaje, sino que todas inducen a la idolatría (Apocalipsis 21.8).
Con la nueva vida adquirida por la conversión a Cristo, todo debe hacerse con temor de Dios y no como hacen los que sirven a otros dioses, entregándose al diablo. El Espíritu Santo dice: Que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor, no en pasión desordenada, como los gentiles que no conocen a Dios; (1 Tesalonicenses 4.4-5). Conocemos al Señor y somos conocidos por Él, así que ¡velar y orar es bueno!
Muchos han salido de culturas espirituales cuyos rituales no son agradables al Altísimo. Sin embargo, con amor y sabiduría, a través de la Biblia, podemos mostrarles que todo lo que hacemos aquí lo hacemos ante el Señor. Entonces, que ninguno agravie ni engañe en nada a su hermano, porque, como ya os hemos dicho y testificado, el Señor es vengador de todo esto. Dios no nos ha llamado a inmundicia, sino a santificación. (1 Tesalonicenses 4.6-7). ¡Ore y crea!
Según el apóstol Pedro, el Señor nos ha revelado el camino para liberarnos de este mundo malvado y de sus deseos desenfrenados, al declararnos que las promesas nos hacen participantes de la naturaleza de Dios: Por medio de estas cosas nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas lleguéis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de las pasiones. (2 Pedro 1.4). ¡Este método nos levanta y nos hace santos!
Además de las pasiones de la carne, está las de los ojos, y esta es la manera que tiene el diablo de mostrarnos su naturaleza maligna, que, junto con la vanidad, nos aleja de la posición que hemos ganado en Jesús. Las insidias del diablo nos ponen bajo sus pies: Porque nada de lo que hay en el mundo —los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida— proviene del Padre, sino del mundo. (1 Juan 2.16). ¿Por qué ceder a lo que no es bueno?
El secreto es conocer la voluntad de Dios, porque nunca pasa. Empezamos a servir al Señor en el mundo y seguiremos sirviéndole para siempre: Y el mundo pasa, y sus deseos, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. (1 Juan 2.17). ¡Bendito sea!
En Cristo, con amor,
R. R. Soares
La Oración de Hoy
¡Señor de nuestro cuerpo! Cuando seamos advertidos como ahora, ya no cederemos ante el demonio, sino que caminaremos en la luz de Tu Espíritu, ¡listos para liberar a los que están dominados por las tinieblas y convertirlos en verdaderos soldados del Reino de la luz!
Cuando aprendemos a caminar Contigo, pronto nos volvemos útiles para Tu Reino de amor y paz. Pero si volvemos al pasado, Te entristeceremos, y entonces nada nos levantará de nuevo. Imploramos Tu misericordia para hacer lo mejor que podamos.
Queremos estar en comunión Contigo, caminando del brazo, sin volver atrás. ¡Que Tú seas nuestro Maestro! Necesitamos darte el lugar de Señor en nuestras vidas. Así, seremos instrumentos en Tus manos. ¡Te estamos agradecidos por todo!