VALLE DE LA MATANZA

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2024-07-18 03:00:00

Por tanto, he aquí vienen días, dice Jehová, que este lugar no se llamará más Tofet ni valle del hijo de Hinom, sino valle de la Matanza.



Jeremías 19.6

La culpa de Judá era inmensa. Ante esto, se profetizó lo increíble para este reino. El cristiano que se deja dominar por la transgresión hace que el Altísimo lo entregue al sufrimiento, de lo contrario nunca despertará, y su destino será oscuro (Romanos 1.18-25). Los que fueron sacados de Egipto irían a otro cautiverio y verían la diferencia entre servir a Dios y servir al diablo.

Muchos salvados siguen el mismo camino que Judá, olvidando su voto de amar al Señor con todo el corazón. Así, empiezan a comportarse de forma contraria a la Biblia, que debería ser nuestro patrón de conducta (Efesios 4.17-24ss). ¿Por qué los que deberían ser buenos ejemplos se dejan llevar por las tentaciones, avergonzando a la Iglesia, a su familia y a sí mismos? (S. Mateo 5.13) ¿Qué ha sido de los tiempos en que caminaban con Dios y Le amaban? Tenemos que velar y orar.

No hay imagen más triste que ver a un cristiano que hacía la obra con amor, dedicando parte de su tiempo a ayudar a los caídos y descarriados a volver al Señor, esconderse por culpa de algún mal comportamiento. ¿Hay esperanza para ellos? Sí, porque el Padre eterno es misericordioso y bueno y siempre está dispuesto a levantarnos (Proverbios 24.16). Por supuesto, el diablo mentirá diciendo que no hay esperanza ni salvación para esas personas. Pero recuerde: ¡en Cristo la hay!

A los siervos de Dios les gusta dar buenas noticias, pero por desgracia Jeremías no quiso darlas en aquella ocasión. Anunciar algo positivo a alguien que invocaba a Baal y arrojaba niños al fuego para obtener buenas cosechas -un resultado común para quienes siguen a la naturaleza y siembran en el momento oportuno- es repugnante incluso a los ojos de los perdidos, cuanto más a los ojos puros del Señor. En aquella hora, el Cielo reveló lo que sucedería, y efectivamente sucedió.

Tofet, la hoguera, era una obra maligna creada para acabar con la vida de aquellos que ni siquiera podían discernir entre su mano derecha y su mano izquierda. Este lugar se transformaría en algo mucho peor. La gente vería el cumplimiento de la profecía, aunque ya no hicieran esa cosa maligna. Con razón Nabucodonosor había preparado su ejército para destruir Jerusalén y Judá. Su intención era derribar el templo construido por Salomón con tanto celo.

En el lugar del Tofet morirían miles de personas que no se habían preparado para alabar a Dios y se complacían adorando a Baal, el señor de la promiscuidad, y complaciendo sus sucios deseos. Aquel lugar llegaría a llamarse el Valle de la Matanza. A pesar de esta revelación, la falta de temor al Altísimo siguió mandando en el reino de Judá, que estaba interesado en ganar más y más, sin dar alabanzas al Todopoderoso por haberlos creado y protegido hasta entonces. ¡Había que esperar para ver!

¡Pobres ciudadanos del reino remanente de la casa de David! El amor de ellos no era para el Señor, sino para los dioses de la carne. Lo único que les importaba era seguir sus propios deseos. ¿Por qué eran tan malos? La respuesta viene de la Biblia: Donde no hay dirección sabia, el pueblo cae; la seguridad está en los muchos consejeros (Proverbios 11.14).

 

En Cristo, con amor,

 

R. R. Soares

 

La Oración de Hoy

¡Dios de profecía! Amabas a los descendientes de Abraham y a los de los demás patriarcas, pero ¿cómo ibas a protegerlos si ya no Te buscaban? Su error hizo que sus almas ya no se deleitaran en Ti, ¡y por eso sufrirían las consecuencias!

¡Necesitamos amarte de verdad! Lejos de Ti, nunca estaremos protegidos de los demonios, de las enfermedades y de nuestros enemigos. Los habitantes de Judá y Jerusalén decían que Tú no les importabas, y su fin llegó tan rápido que los tomó por sorpresa. ¡Jeremías no pudo hacerlos cambiar!

Es triste cuando la gente deja que el diablo gobierne sus vidas, llevándolos a la ruina. Tofet pasó a llamarse Matanza, y los otrora victoriosos se convirtieron en derrotados. ¿Por qué ir hacia el pecado si es posible permanecer de Tu lado y tener éxito? ¡Misericordia!