Dios con nosotros
01/03/2023COMPARTE
El juicio inmediato puede ocurrir sin que la persona se dé cuenta de que está cruzando la línea. En este momento, ella está resistiendo el actuar del Espíritu Santo, quien puede convencerla de que cambie sus caminos. Examinad esta advertencia de Dios: «Vendré a vosotros para juicio, y testificarésin vacilar contra loshechiceros y adúlteros, contra los que juran falsamente; contra los que defraudanensu salario aljornalero, a laviuda y al huérfano, contra los que haceninjusticia al extranjero, sintener temor de mí», dice JEHOVÁ de losejércitos (Malaquías 3:5). ¡Esto es muy serio!
LA CÉLEBRE ADVERTENCIA – El Señor nos habla del juicio que puede venir sobre alguien en cualquier momento, aunque haya sido bendecido de manera maravillosa. No se trata del Juicio eterno, cuando los perdidos recibirán su condenación por no haber escuchado la convicción del Espíritu Santo cuando escucharon la Buena Nueva. Un ejemplo de esto fue el hombre cuya tierra le dio una gran cosecha, pero no fue agradecido con el Altísimo. Estaba pensando en cómo conservar toda la cosecha, ya que quería disfrutarla durante mucho tiempo. Sin embargo, le vino la siguiente frase: Pero Diosledijo: “Necio, esta nochevienen a pedirte tu alma, y lo que has guardado, ¿de quién será?”(Lucas 12:20). Luego, Jesús dio una advertencia a aquellos que se entregan a prácticas espirituales condenadas por las Sagradas Escrituras.
EL MEJOR TESTIGO – En el juicio inminente, que puede suceder en cualquier momento a aquellos que son utilizados por las fuerzas de las tinieblas en las tentaciones y otras artimañas producidas por ellas, Dios declara que Él será un testigo rápido, no dejando que nadie cree planes para mentir ante Él, que es la Verdad. Cada acto engañoso tendrá una respuesta del Cielo tan rápida que destruirá todos los planes malvados. Sigue la dirección del Maestro: Ponte de acuerdo pronto con tu adversario, entre tanto que estás conélenelcamino, no sea que eladversario te entregue al juez, y eljuez al guardia, y seasechadoenlacárcel (Mateo 5:25).
LOS HECHICEROS – Mucha gente se entrega a ciertas prácticas espirituales, sin investigar lo que Dios dice acerca de ellos. Sin duda, detrás de ellos hay peligrosos espíritus diabólicos. La Biblia no autoriza a nadie a involucrarse con las tinieblas, porque son perniciosas y dañan a cualquiera que las busque por pura curiosidad o las invoque sabiendo su maldad. Hay quienes se llaman a sí mismos profetas, pero en realidad dicen cosas que el Señor no les dijo ni les mostró. Otros inventan preceptos de la Biblia, y hay quienes aseguran que Dios les ha dado ciertos mensajes para transmitir, pero no son reales. Sobre esta falsa actitud, las Escrituras dicen: El profeta que tengalapresunción de pronunciar en mi nombre una palabra que yo no lehaya mandado pronunciar, o que hableennombre de diosesajenos, ese profeta morirá(Deuteronomio 18:20).
ADULTERIO – Es la intimidad sexual, a partir de abrazos con intenciones impuras, besos e intercambios de palabras comprometedoras, fornicación o masturbación. Todos estos actos no fueron ni serán jamás permitidos por la Palabra, ya que son parte de la mala conducta que afectó a los seres humanos con la caída en el Edén. Se incluyen en estos errores películas, libros y revistas pornográficos que muestran obscenidades, incluso personas casadas que hablan con otras personas casadas o solteras sobre temas picantes y que envían fotos de ellos mismos, mostrando su desnudez. También podemos considerar la ropa escandalosa o provocativa. La sentencia divina declara:Asíle sucede al que se llega a lamujer de suprójimo, pues no quedará impune ninguno que la toque (Proverbios 6:29).
JURAR FALSAMENTE – Muchas personas aman ser desleales en sus promesas, predican algo que no existe en la Palabra, tienen delirios (destellos del alma) e insisten en que necesitan entregar un mensaje a alguien, advirtiendo de algo que nunca sucederá, porque no fue Dios quien habló. En esta prohibición se puede incluir a quienes lloran, lamentándose para que alguien se compadezca de ellos y crea en sus palabras. Ahora bien, el comportamiento permitido es este:aquel a cuyosojosel indigno es menospreciado, pero honra a los que temen a Jehová; el que aun jurando enperjuiciopropio, no por eso cambia (Salmos 15:4).
DEFRAUDAR AL PERIODISTA – Esto significa pagar menos de lo justo, o entrar en colusión y acuerdo secreto, para quitarle algo a alguien o a la gente, cobrando a la mayoría de los que no tienen el pleno entendimiento. También significa comprar algo para uno mismo con recursos desviados de personas inocentes, o desviar materiales e inspiraciones de otras personas para usarlos en su propio beneficio o incluso en el de la gente. El individuo que así proceda será condenado al sufrimiento eterno, si no se arrepiente a tiempo. Es obra de los siervos del diablo apropiarse de bienes o sudor de alguien que no ha recibido el justo valor por su trabajo. Nunca abuses de la amistad, el favor o la pureza de las personas. Cualquiera que use artimañas para engañar a otros debe saber que Dios es el Juez justo. ¡Él sin duda ejecutará Su justicia!
PERVERTIR EL DERECHO – El que sustrae algo a la viuda, al huérfano, al extranjero o al inválido en alguna zona, y soborna a jueces indignos de su cargo de magistrados, será llevado al banquillo eterno. ¿Por qué ceder al diablo para dañar a alguien siendo un testigo falso en el juicio? Lo mejor es tener el corazón en comunión con Dios, viviendo de lo que Él da y rechazando toda ayuda del reino del mal.
FALTA DE RESPETO AL SEÑOR – Al comienzo del camino de la fe, muchos muestran un gran aprecio por Dios, pero, con el paso del tiempo, liberados del atormentador, comienzan a relajarse y pronto se enfrían en el primer amor. Se pueden considerar desviaciones el hecho de no prepararse para ir a la iglesia a buscar la Santa Palabra, no orar, irrespetar los bienes de la iglesia, o no evangelizar con el fin de ser de bendición para todos. Cualquiera que obra así, tiene este decreto sobre él: ¡Maldito el que hagaconindolenciala obra de Jehová! ¡Maldito el que retraiga de la sangre su espada! (Jeremías 48:10).
En Cristo, con amor,
Dr. R. R. Soares