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Dios es más grande que el cáncer

Ella fue curada por la fe

Imagem: Arquivo pessoal

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*Atención: imágenes fuertes

Marli da Rocha Iwassa Catalini, de 59 años, residente del barrio de Limeira, en San Pablo, recibió un terrible diagnóstico hace un mes. Durante una consulta médica, después de lastimarse la lengua y de que la herida no sanara, descubrió un tumor maligno que se agravó con el tiempo.

Diagnóstico de la malignidad del tumor – Imagen: Archivo Personal

La mayoría de las veces, el diagnóstico ocurre en etapas avanzadas, en muchos casos, ocasiona la muerte. Por lo tanto, se considera un problema de salud pública preocupante. De acuerdo con las informaciones del Instituto Nacional del Cáncer (INCA), hubo registros de 377.713 nuevos casos (labios y cavidad oral) en todo el mundo en 2020, acometiendo a 264.211 hombres y 113.502 mujeres, con una tasa de mortalidad de hasta un 50%.

En el caso de Marli, los médicos decretaron que debería ser retirado el 75% de su lengua, lo que ocasionaría consecuencias radicales en su día a día, como dificultad para hablar y para alimentarse. A pesar de la espantosa noticia, la sierva de Dios no se desanimó y a través de su fe determinó que no haría falta que le cortaran la lengua. Lo dejé en las manos de Dios y dije: “Jesús no voy a hacer esto, porque Dios me sanará».

Antes y después del milagro – Imagen: Archivo Personal

En una gran acción de Dios, toda la familia que estaba alejada del Evangelio, volvió a Jesús y se unió a Marli en oración en busca de su sanidad. Para la alegría de todos, en tan solo un mes, después del diagnóstico, los médicos no creyeron en lo que estaban viendo: ella estaba curada de la enfermedad. Jéssica Catalini, hija de Marli, relata que el médico, que se declaraba incrédulo, al depararse con el milagro, expuso: «¡Sucedió algo aquí! Mira, ahora creo en tu Dios, porque nunca he visto algo así en mi vida».

Marli rehízo los exámenes, que no indicaron más señales de la enfermedad ni infección. Ella dio su testimonio con alegría por el milagro: «Hoy ya puedo hablar, porque ya no podía más, ni tampoco comer. Ya estoy comiendo y hablando, porque Jesús hizo el milagro en mi vida. Porque cuando uno lo deja en la mano del Señor y confía en Él, Él lo hará todo, ya que para Dios nada es imposible».

La acción de Dios en la vida de Marli y de tantas otras personas que creen en Su poder es una prueba de cuan maravilloso que es, y cuan capaz es de realizar obras que ningún hombre puede hacer. El Señor hace todo por quien confía en Él. Tenga fe en el Altísimo, ponga sus problemas y tribulaciones en Sus manos y pruebe lo imposible.

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